Deber Moral
Los deberes u obligaciones, lo que se tiene que hacer por estar
compelido a ello, en forma interna o externa puede fundarse en varias
fuentes: familiares, religiosas, jurídicas, costumbres, laborales,
etcétera. Entre estos deberes, los morales pueden definirse como aquello
que nos es imperativo hacer por demanda de nuestra propia conciencia,
que en caso de no cumplirlo, nos sanciona con el remordimiento.
El deber moral es un constructo social que pasa a cada individuo de generación en generación.
De pequeños aprendemos que ante determinadas circunstancias tenemos la
obligación de decidir determinado curso de acción, de modo tal que si no
lo hacemos nos pesará en la conciencia. Esta carga moral de la
conciencia ha sido adquirida durante el proceso de inculturación por el
que todos pasamos en tanto que seres sociales. La mayoría de los códigos
morales tradicionales, conllevan un castigo para aquellos agentes que
no cumplen con su deber moral. Por ejemplo, según la moral cristiana, no
cumplir nuestro deber como cristianos conlleva pecar lo cual está
penado con el castigo. Este, el castigo, puede llegar a ser eterno.
En otros casos, el incumplimiento del deber moral puede llevar a un castigo real.
Es decir, la persona que no cumple con su deber moral puede recibir un
castigo que puede o no estar institucionalizado. Así, en algunos grupos
el no cumplir con el deber moral puede ser causa de expulsión del grupo o
conllevar una condena al ostracismo para la persona incumplidora, según
el caso en cuestión.
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